Los periodistas y el mandato informativo (*)
Recibí en estos días la
generosa invitación de Juan Gonza, el director del Semanario Nueva Propuesta, para escribir unas
líneas por el Día del Periodista. Un verdadero halago, un desafío, y una gran oportunidad
para volcar al papel algunas reflexiones que la situación del periodismo en
Salta me ha despertado.
El
derecho a la información
El derecho a la
información es un derecho humano, hoy reconocido como tal por diversos Tratados
y Convenciones y por nuestras Constituciones Nacional y Provincial.
Es un derecho del cual
somos todos titulares, independientemente de nuestra condición, edad, profesión
y nacionalidad.
El derecho a la
información es complejo, comprende tres facultades: La de buscar o investigar, la de difundir y la de recibir información.
Podemos preguntarnos
entonces, ¿qué papel juegan los periodistas?, si entendemos que el derecho a la
información es un derecho que nos pertenece a todos.
Carlos Soria, profesor
de la Universidad de Navarra, a quién seguimos en este punto, avanza aún más y se
pregunta sino caminamos acaso hacia una sociedad sin periodistas.
El
deber de informar
La respuesta es no.
Soria, siguiendo a otros autores, lo explica así:
En la realidad, el
público carece de tiempo, de organización,
de medios materiales y de capacidad para ejercitar dos de las tres
facultades que integran el derecho a la información: la facultad de investigar
y la facultad de difundir información. Por ello, y para gozar plenamente de su
derecho a la información, deberá delegar esas facultades (la de investigar y
difundir información) en personas u organizaciones que asumen el deber de
hacerlo.
Los periodistas son
pues, por mandato o delegación de la sociedad, titulares del deber de informar.
El mandato que los
periodistas recibieron de la sociedad es muy delicado y trascendente. Ellos
son, como señala Martínez Albertos, “administradores y gerentes del derecho
humano a la información.”
La
situación en Salta (y en nuestro país)
Nos preguntamos si los
periodistas son conscientes del mandato informativo que recibieron de todos
nosotros, la sociedad. Nos preguntamos también, si los Gobiernos (Provincial y
Municipal) son conscientes del papel que cumplen o están llamados a cumplir los
periodistas.
Me inclino a pensar que
no. Es cierto que hay periodistas en nuestra Provincia que a diario ejercen con
valentía y ejemplaridad el mandato que de la sociedad recibieron, y buscan la
información y la difunden, cueste lo que cueste. Pero son la minoría.
Abundan los periodistas
que por haberse olvidado (por comodidad, ánimo de lucro o necesidad) de ese mandato, no merecen ser llamados como
tales.
Los vemos a diario, y
cada vez en mayor número. No buscan la información, sólo se limitan a receptar
partes de prensa y a difundirlos mecánicamente, o bien se limitan a abrir sus
micrófonos para realizar entrevistas de cortesía en las que están ausentes las
preguntas necesarias o las repreguntas. No
les interesa informar. Han desertado de su deber, su función se limita a formar
parte del aparato propagandístico del gobierno de turno que los sostiene
económicamente.
Esta connivencia entre estos
“mercenarios” o “traficantes de la pauta oficial” y los gobiernos debe terminar,
si queremos una sociedad realmente libre y democrática.
Para garantizar el
derecho a la información es necesario que el Estado establezca las condiciones
necesarias para que los periodistas puedan hacer periodismo.
La plena aplicación de
la Ley de Medios, la regulación de la publicidad oficial son medidas que deben
adoptarse con urgencia si queremos lograr ese estado de cosas. Y eso es tarea
de todos. Solo de esa manera podremos garantizar que los periodistas cumplan
sin interferencias su mandato informativo.
(*) Esta nota de opinión fue publicada por el semanario "Nueva Propuesta" en su edición del 5 de junio de 2.015
Seguiremos informando.
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